Apis sp.

La vida media de las obreras, que alcanza 3 o 6 meses para los individuos que nacen en otoño e invernan, se reduce a unas 4 semanas en el verano; puede subdividirse en dos periodos: durante los primeros 18 días el insecto se dedica a la actividad doméstica (abejas domésticas) y después, durante 7-10 días a trabajos externos (recolectoras, forrajeras y abejas de campo)

Después de los 18 días las abejas se tornan recolectoras, y vuelan por el campo para recoger néctar, polen, agua y propóleos. El néctar succionado mediante la probóscide, se almacena en el estómago de la miel, notable divertículo del esófago. De allí es regurgitado en la colmena y recogido por las abejas de ésta. Por término medio la carga de néctar llevado por una recolectora pesa 40 mg, pero puede alcanzar los 170 mg, es decir un 1,85% del peso de la propia abeja.

Cuando una obrera emerge de su celda su estructura anatómica ya es fija, pero su sistema glandular se desarrollará después, conforme a los cambios de comportamiento que se llevarán a cabo. Normalmente las obreras jóvenes secretan el alimento para las larvas, la cera, por las abejas de mediana edad y las enzimas para convertir el néctar en miel por las más viejas.

En algunas regiones del norte de Europa, en las que predominan las bajas temperaturas durante el invierno, una colonia de abejas puede almacenar grandes cantidades de miel (hasta 20 kg), como combustible para mantenerse calientes durante la estación.