Este abejorro no vive en comunidad, se trata de un insecto solitario. Es la hembra la que perfora los agujeros en la madera con sus mandíbulas para construir el nido. Ella ahueca un túnel y construye una celda en la que depositará entre 12 y16 huevos y deja una reserva de polem. Luego sella la celda con saliva y madera. Cuando el huevo se desarrolla, la larva se alimenta del deposito. Los imagos aparecen a final del verano e hibernan hasta el año siguiente. Emergen en la primavera para aparearse. Para desgracia del varón, no parecen vivir mucho tiempo después de la fecundación. El trabajo del macho es cuidar y proteger el nido. Así, se puede observar que cuando nos aproximamos a un nido, el macho nos revolotea y produce un fuerte zumbido. Un comportamiento de apariencia agresivo. El macho presenta un anillo marrón en el extremo de las antenas.
Los adultos no se alimentan de la madera, sino de nectar y polen que recolectan de las flores. Juegan un importante papel en la polenización ya que saltan muy rápidamente de una flor a otra sin permanecer demasiado en ellas y dado su tamaño, y que tienen el cuerpo cubierto de pelos, arrastran importantes cantidades de polen.
Es fácil verlos en herbazales, pastizales, prados, bordes de bosques, jardines, desde el nivel del mar hasta los 3.000 metros de altitd. Su distribución se extiende por Europa del sur y central. Recientemente han aparecido en las islas británicas y esto se ha esgrimido como una prueba más de los efectos del cambio climático que permiten la vida de esta especie procedentes de climas más templados.