El dimorfismo sexual juega un papel evolutivo importante. De hecho un individuo que ha sabido escapar a los depredadores, pese a sus colores vistosos, constituye a priori un buen progenitor. Este fenómeno se denomina selección sexual .
Las larvas viven en la madera especialmente del género quercus y excepcionalmente en cortezas descompuestas, ya que es un parásito secundario, es decir; no ataca a árboles sanos, sino que suele emplear aquellos que ya han sido parasitados previamente por otras especies. Por esto su presencia está condicionada por la existencia de árboles de estas fagaceas. Su desarrollo dura dos años. De adultas tienen predilección por las flores amarillas y compuestas, alimentándose del polen de las flores.
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